La vida por un punto

La grasa de los capitales

La televisión argentina da para todo. Y para muestra, basta un botón.

Desde enero venimos soportando a 18 parásitos que son pintados como héroes por el relevante (?) hecho de vivir encerrados, sin hacer absolutamente nada, en una casa que seguramente ninguno de nosotros pueda poseer algún día. Grande, Hermano, diría Ramón.

Vuelve Tinelli, con un programa que hace que el televisor reemplace a la sartén, de lo aceitosa y grasosa que queda la pantalla después de cada emisión de su ciclo.

Y la alternativa televisiba a tanta basofia no se queda atrás: el inefable Chiche, con su "Impacto Chiche" (tanta creatividad asusta), que encima tiene el caradurisimo de mandarle una "carta
abierta a Marce", en donde repudia la actitud del conductor de llevar a su programa a la versión 2007 de Jorge "Evangelista" Porcel. Todo por no poder aceptar con hidalguía una derrota que a pocos les importa: la guerra por ver quién la tiene más larga en esta televisión decadente.

Si a eso le sumamos la notable decisión de A.P.T.R.A. de reemplazar la categoría "Programa cultural y educativo" por la de "Mejor Reality", estamos al horno con papas, batatas y la manzana en la boca.

¿V.M.E.G.?, sitio cinco veces premiado por la Academia de Artes de Luxemburgo (?), se hace eco de tan poca creatividad, y le sugiere a Marcelo Tilingo (deformación del idioma que le dicen) algunas maneras para levantar su audiencia.

Sentamos el precedente, para que después no digan que criticamos y no aportamos nada (?).
Los popes televisivos aguardan la opinión de uds, el soberano. El público.

¡A votar, caretas! (?)