martes, 21 de agosto de 2007

El gol más rápido de la historia

El futbolista brasileño Fabinho metió el gol más rápido de la historia de los Campeonatos de la FIFA este sábado a los nueve segundos del inicio del partido de primera ronda del Mundial Sub-17, en Corea del Sur y ante la selección de Nueva Zelanda.




La alegría es sólo brasilera (?).




El delantero del Internacional de Porto Alegre Fabinho, a los 9 segundos, atrapó una bola enviada por Alex y derrotó al portero oceánico Jacob Gleeson.


Fabinho rompió la marca de 11 segundos del turco Hakan Sukur, quien abrió la cuenta en el partido Turquía-Corea del Sur, por la Copa del Mundo-2002 de mayores.


"Estoy encantado y muy honrado y, por supuesto, muy agradecido a mis compañeros de equipo, que me han ayudado a conseguirlo", dijo el plusmarquista.


El campeón sudamericano Brasil aplastó 7-0 a los neozelandeses este sábado en Jeju en un partido de la primera fecha del grupo B del Mundial Sub-17 Corea del Sur-2007, ratificando que es uno de los máximos favoritos a quedarse con el título tras esta goleada histórica.


El festival de goles de los tricampeones mundiales se dio con las dianas de Fabinho (1), Lazaro (6), Giuliano (33), Fabio (50), Alex (54), Lulinha (60, de penal) y Junior (87), en una demostración contundente del poderío del equipo de Luiz Nizzo.


Incluso hasta el arquero brasileño Marcelo se lució al frenar un penalti al atacante neozelandés Kosta Barbarouses en el minuto 32.


Con esta victoria abultada, Brasil se colocó líder de la llave B, con tres puntos y una excelente diferencia de gol, delante de Inglaterra y Corea del Norte, que en el partido inaugural del certamen empataron 1-1, por lo que ocupan la segunda plaza de la clasificación con una unidad.


Fuente: http://es.noticias.yahoo.com/afp/20070818/tod-fbl-mundial-sub17-1066d3e_1.html








Modernidad precoz
Opinión
Por Patrick Kluivert





Todo se hace más rápido ahora. Desde un café hasta una hamburguesa, desde una sopa hasta un viaje a Mar del Plata. Hasta incluso los goles se hacen más rápido: comienza el partido, dos toques y adentro. Gol. No hay tiempo para un par de gambetas, una pausa, un túnel paciente. Y para muestra sobra un botón: fijémonos en el caso del gol de los hermanos de Brasil, a los nueve segundos de iniciado el cotejo.


Atrás, ya olvidados por culpa del imbatible tiempo, quedan aquellos tiempos en los que Jorge Porcel y Alberto Olmedo hacían las delicias de los espectadores de fútbol en películas como Los fierecillos indomables, en las que, por ejemplo, antes de patear un penal el gordo Porcel se bailaba un tango y terminaba rematando de rabona, o ambos se daban con estimulante para caballos para un mejor rendimiento. ¡Ah, qué buenos tiempos supo tener nuestro fútbol!


Los que cargamos con la cruz de trabajar en una oficina, como es mi caso, sabemos bien de tiempos inhumanos, en los que no importa otra cosa que hacer lo que hay que hacer del modo menos sentido y del modo más eficiente, entendiendo por eficiencia velocidad y perfecta ejecución y entendiendo por sentido huevo y corazón.


Lamentablemente, según indicó el sexólogo Juan Carlos Kusnetzoff, la tendencia de hacer todo más rápido se traslada al plano sexual. Esta eminencia de la ciencia que estudia las relaciones sexuales, comentó en más de una oportunidad que el caso de disfunción sexual que más trata es la eyaculación precoz. Incluso, según contó, trata a un paciente que eyacula apenas su dama de compañía acepta salir con él, y luego, ya sin energía sexual alguna, suspende la cita. Una vez que recupera el deseo e invita a la dama otra vez y ella acepta, vuelve a acabar, y así y así. De este modo, este pobre cristiano anda errante, sin pareja alguna y con los calzones pegoteados. Ojalá todo salga bien, amigazo ahora en desgracia, bien atendido por Juan Carlos Kusnetzoffy, y este calvario llegue a su fin.


Nosotros, llamémonos a la reflexión, por lo menos yo así lo veo conveniente. Paremos la pelota, antes de que, por tanta confusión y vertiginosidad, terminemos pateando contra nuestro propio arco.

1 comentario:

kika dijo...

Amén!
vertiginosidad de sentimientos,
morosidad para la sensualidad.