sábado, 7 de julio de 2012

Cocodrilo que se duerme es cartera (?)

Lo demandan por graduarse demasiado rápido

"Una novela, en una sentada en el trono" (?) 

Un joven alemán de 22 años tardó 20 meses en terminar una licenciatura y una maestría. La universidad le reclama ahora que pague las cuotas de once semestres
La Essen School of Economics and Management (FOM) ahora le reclama a su ex alumno que abone todas las cuotas de los cinco años y medio de cursada, lo que suma 3.000 euros, lo que equivale a casi US$ 4.700, algo a lo cual Marcel Pohl se niega.
El alumno germano aprobó las 60 cátedras de la carrera en apenas 20 meses logrando graduarse en agosto de 2011, cuando la mayoría de los estudiantes tardan un promedio de 11 semestres para concluir.
Ya trabajando para un banco en Frankfurt, Pohl le aseguró a un diario alemán, reseñado por el portal lainformación.com, que "cuando llegó la demanda no lo podía creer, y ahí me pregunté si ése era el premio por mi excelente rendimiento académico".
Un brillante desempeño al que hay que agregarle que durante ese lapso también realizó una pasantía en un banco.
Pero del otro lado del mostrador el argumento de la FOM es que sus valores son por la cursada total de sus carreras, sin importar cuánto se tarde en terminarlas. Tal es la controversia que el tema ya está en un tribunal alemán, el cual deberá decidir quién tiene la razón.

Fuente: Yahoo


Rápido, como chileno haciendo mapas (?)
Opinión
Por Ulises Leal

Asistimos a uno de los debates más acalorados de los tiempos que corren (rápido).
La velocidad en que se deben realizarse las actividades de hoy día y ante este panorama, con mi amigo Carl Lewis hemos tomado una postura al respecto.

El caso de Marcel Pohl si bien es un caso atípico, una carrera y maestria en 20 meses, lo que no salió a la luz en la nota y lo sé de buena fuente, es que además le contruyó la cucha del perro, le hizo mellizos a su novia y terminó dos puzzles de 5000 piezas. Lo que se dice un precoz con todas las letras desde la p a la z.

Ahora bien, que la gente no crea que esto es la normalidad porque entrariamos en un ritmo vertiginoso, propio de la escuela bielsista, lo que llevaría a las personas a no poder disfrutar de sus quehaceres diarios.

La clave es mantener un equilibrio fino entre los extremos y poder encontrar el ritmo adecuado para realizar cada cosa. Sobre este tema, ante una inquitud que me acercó Carl sobre la belleza de Eugenia Tobal, mi sincera reflexión fue "Le doy hasta que Scioli termine el cubo mágico".

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