La explosión del Samsung Galaxy 3 causó quemaduras de segundo y tercer grado en una joven suiza. “Olía a cerdo quemado”, dijo uno de los testigos.
Fanny Schlatter, una joven suiza, cargaba potes de pintura en el camión de su jefe cuando su teléfono móvil explotó. Según difundió el diario Le Matin, el episodio le causó heridas de segundo y tercer grado en el muslo y en la mano derecha.
Mala pata, también fuera de garantía (?). |
Schlatter detalló que cuando pudo recoger los restos del teléfono se percató que la batería tenía un tamaño tres veces superior al normal. Ahora, esos restos fueron enviados a Corea del Sur para” investigar la naturaleza de la explosión”, aseguró la vocera suiza de Samsung, Mirjam Berger.
Fuente: Infobae
Tengo un cohete en el pantalón
Opinión
Por Ulises Leal
Según ese sujeto que fuera presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, las razones para la invasión en el 2003 a Irak eran "desarmar a Saddam Hussein de armas de destrucción masiva" (las cuales, nunca llegaron a encontrarse, ni su existencia quedar demostrada). Todos sabiamos que los motivos reales eran otros, y empezaron a salir de Irak en forma de barriles de crudo (?).
Ahora bien ¿qué han hecho los gobiernos mundiales, las organizaciones pacifistas, los ecologístas y las ligas de amas de casas (?) para prevenirnos de las verdaderas armas de destrucción masiva de uso cotidiano? Si, nada. Acertó mi estimado lector.
A este caso de la pobre joven suiza a la que le explotó el celular en el bolsillo, seguramente le seguirán otros. ¿ Será un microndas que vuele una cocina, será una consola detonando una discoteca o bien los molinetes del subte cazando usuarios por Lacroze? Las apuestas están abiertas y las opciones infinitas.
Lo que me queda claro, mientras tiro mi celular a la basura y conecto el antiguo teléfono a disco, es que si alguien no toma medias en serio al respecto, la rebelión de las máquinas no tardará en llegar. Y cuando eso suceda, créame, Arnold Schwarzenegger más que para defendernos, estará babeando y mojando pañales en alguna sórdida mansión en Los Ángeles.
1 comentario:
"“Olía a cerdo quemado”, recuerda el jefe de la víctima" Lo que se dice un jefe muy hijo de puta, trató indirectamente a su empleada de cerda.
Me gustaría ser el apoderado de esta chica para sólo imaginarme la pileta de billetes en la que estaría nadando.
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