En la clásica edición del torneo de este deporte sobre paquidermos, que se disputó en Sri Lanka, uno de los animales tiró a su jinete y, antes de que lograran dominarlo, destrozó un bus que estaba allí.
Un elefante destruyó un microbús después de derribar a su jinete durante su participación en el “Sexto Torneo de Polo sobre Paquidermos” de Sri Lanka.
Abey, como se llama el paquidermo de cuatro toneladas y 18 años, tiró a su jinete y antes de ser sometido arremetió contra un bus. A diferencia del caballo en el polo, los elefantes no son controlados por el jugador que intenta alcanzar la pelota, sino por el entrenador o cuidador, que se sienta en el cuello del animal y dirige sus movimientos.
Testigos que presenciaban el evento, afirman que Abey se encontraba en estado sospechoso incluso antes de comenzar el juego.
Las versiones que circulan afirman que este cuadrúpedo fue visto la noche anterior en una fiesta clandestina con dos paquidermos más, donde habrían consumido sustancias ilegales no identificadas. Al cierre de esta edición, se estarán dando a conocer los resultados del control antidoping al que fue sometido.
En una entrevista exclusivísima para ¿VMEG?, Dumbo y Trompita declararon:
“nosotros estuvimos toda la noche con Abey y damos fe de que ‘el gordo’ (como lo conocen en el barrio) no probó ni una sola línea”. Y agregaron en su defensa: “Estamos seguros de que alguien le metió algo en el agua de su laguna. Lo conocemos bien y es más bueno que Lassie atado”.
Extraoficialmente, los dos elefantes más famosos de la historia mundial comentaron que esto podría ser parte de un complot para echar a Abey del plantel, quien, semanas antes, habría amenazado con “romper todo” si no le daban a él y sus compañeros los 4 meses de sueldo que les deben y el aguinaldo de diciembre pasado.
Todos los que hacemos ¿VMEG? nos solidarizamos con “el gordo” y sus colegas, y velaremos por el cumplimiento de sus derechos.
Fuente: http://www.26noticias.com.ar/index.php?p=notadetalle&idNota=33443
1 comentario:
Lo que nadie dice es que lo que saca definitivamente al animal son los fallos del árbitro. ¡Y no lo dicen!
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