Christine Duran, Christina Huerta e Isabel Robles solo querían disfrutar de su cena, pero al pedir la cuenta se quedaron sin habla; la culpa no era del precio, sino del nombre que utilizó su camarero en el recibo para identificarlas: "Chicas gordas" (Fat girls).
Ocurrió la semana pasada en el Chilly D's Sports Lounge, un restaurante especializado en hamburguesas de California que se encuentra ahora mismo en el ojo del huracán de la opinión pública por un evidente caso de discriminación.
Las protagonistas no podían creer lo que tenían ante sus ojos: "Pedí la cuenta y me pregunté, ¿por qué el recibo dice 'chicas gordas'?", contaba Duran a los medios locales. "Al principio mis amigas no me creían; yo les dije: '¡No, lo digo en serio. Mira!'", describe.
Un "gorditas copadas" hubiese quedado mejor (?)
El restaurante, visto el revuelo generado, ha posteado en su página de Facebook una disculpa pública en la que se arrepiente totalmente del incidente y asegura que ha despedido al empleado que cometió tal discriminación: "Lo que le ocurrió a estas jóvenes en nuestro bar fue inaceptable; comprendemos completamente por qué se han sentido heridas por lo que fue escrito y este tipo de trato es intolerable", afirman en su muro, que se ha convertido en un polvorín de críticas contra el negocio de muchos usuarios que prometen no pisar jamás el local para gastarse ni un céntimo.
Fuente: Yahoo
Sexy barrigón, oh yeah (?)
Opinión
Por Ulises Leal
Buenas noches, amigos lectores.
Ha llegado esta noticia a mi casilla de correo electrónico y no puedo más que leerla azorado. Revuelvo los cubitos en mi vaso de vino Toro y me invade un pensamiento reflexivo.
¿Por qué estas muchachas se sienten ofendidas por haber sido apuntadas como gordas? ¿Qué hay de malo en ello? Seguramente el mesero trato de distinguir la cuenta entre las mesas de las flacas escopetas, petisos pelados y las viejas sordas.
Es hora de que hagamos la paz con nuestros cuerpos y nos aceptemos. Basta de alimentar a cirujanos plásticos y nutricionistas berretas. Ya bastantes billetes tiene el pinche guey (?) del Gordo Slim en su cuenta bancaria como para que vivamos felices con nuestros salvavidas abdominales.
Para finalizar quisiera decirle a los lectores que deben utilizar sus características físicas para su bien, no saben la cantidad minas que han caído rendidas en mi brazos gracias a mi mostacho que tan bien combina con mi buzarda.
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