Alcalde nudista

El alcalde de Aparecida (interior paulista), José Luiz Rodrigues, alias 'Zé Louquinho' ('Pepe Loquito'), asistió a una reunión de jefes municipales semidesnudo, vistiendo sólo bañador, en protesta por el bloqueo judicial de 700.000 reales (unos 260.000 euros) de su alcaldía.

Foto: Amigos del alcalde José Luiz Rodrigues.

Rodrigues justificó su actitud porque "fueron embargados 700.000 reales de la cuenta de la alcaldía y pueden ser embargados más", informó el lunes el diario Folha de Sao Paulo. "La gente conoce mis apuros" financieros al frente de la alcaldía, agregó. "¿Usted cree que yo quería hacer aquello? No soy loco, pero si no grito, ¿qué puedo hacer?" argumentó.


El alcalde recordó que entró a la reunión vestido formalmente y después se fue al vestidor y se puso el bañador. "Cuando volví muchos presentes se rieron, después comenzaron a llorar", recordó.

El jefe municipal de Aparecida, a 170 km de Sao Paulo, donde se encuentra el Santuario de Nuestra Señora de Aparecida -patrona de Brasil, visitado todos los meses por miles de peregrinos-, es conocido como 'Zé Louquinho' por sus excentricidades al frente del municipio.


Rodrigues se casó en el cementerio con 120 padrinos, decretó la prohibición de la lluvia en el municipio, y ordenó a los sacerdotes llevar sotana para que fueran reconocidos por la población. "Los ediles decían que todo lo malo que acontece en la ciudad es culpa del alcalde. Entonces prohibí la lluvia, los relámpagos y los truenos. Y sabe qué, gracias a Dios, hasta hoy no llovió fuerte", explicó a Folha.


Sobre los curas, dijo: "Quería identificarlos, porque las personas a veces quieren saber quiénes son, quieren conversar con ellos. Pero ya pedí perdón al obispo y abandoné la idea".

El alcalde, hincha fanático del popular club de fútbol Corinthians, mandó construir un panteón personal con los colores del equipo. "Tiene el logotipo de Corinthians, es todo blanco y negro. Dan ganas hasta de morirse", contó Rodrigues.


Fuente: http://es.noticias.yahoo.com/afp/20070911/tod-brasil-politica-curiosa-97c38be_1.html







Zé Louquinho, un político ejemplar
Opinión
Por Patrick Kluviert




Quisiera principiar esta columna de opinión manifestando lo siguiente, mientras, haciéndome el Chavo Fucks, golpeo mi corazón con mi puño cerrado, el sonidista pone el estribillo de Help de The Beatles y la tribuna me ovaciona: José Luiz Rodrigues, Zé Louquinho para los gomías, yo te banco, papá.


Su accionar es encomiable, digno de ser difundido como ejemplo de político que, como un ciudadano comprometido más, se rebela ante lo que él entiende como injusticia y actúa en consecuencia. No se queda en el discurso de café, al igual que la abrumadora mayoría de los políticos y, también, como hacen la mayoría de los vecinos fanáticos de José María Stalin y Camilo One Hundred Fires, que mientras le meten edulcorante a su infusión en un bar de Palermo Hollywood, despotrican contra Jorge Bush, los Estados Unidos y la Modernidad toda, para después irse a casa esquivando a los mendigos y riéndose de la poca habilidad de algún que otro travesti poco experimentado para disimular su paquete de tripa.


Fijémonos en los hechos: detecta un manejo desfavorable para las finanzas de su ciudad, se presenta ante los popes correspondientes y se pone en tanga, en clara actitud de "a mí no me cagan, manga de putos, no me importa un carajo de nada". Eso es actitud, viejo. Eso es lo que precisamos: políticos comprometidos con las necesidades de su ciudad, no con su propio orgullo y billetera.


Afortunadamente, este suceso deja un signo alentador para los porteños que merece ser destacado: Mauricio Macri está por asumir la jefatura de gobierno. Todos sabemos que indudablemente, a la primera de cambio que las cosas no sean como le conviene al pueblo, el ingeniero y presidente de Boca Juniors hará lo que sea necesario para que la buenaventura reine en cada ciudadano de su amada Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Incluso, obviamente, presentarse en hilo dental ante el mismísimo Néstor Kirchner.

Nota: en la foto que acompaña mi columna me pueden ver de grumete junto a uno de mis máximos ídolos, Marco Van Basten.