Ahora también se afanan los puentes

Un conductor de 45 años de edad ha sido detenido por la policía en la región de Riazan (a 160 kilómetros al sureste de Moscú) por haber robado un pequeño puente que cruzaba un río.

Se trata del robo "más voluminoso" del año, consideró la policía de Riazan en un comunicado publicado en su sitio de internet.

El hombre detenido utilizó su vehículo de trabajo para llevarse el puente metálico, de cinco metros de largo, cortándolo en fragmentos para revenderlo como chatarra.

Fuente: http://es.noticias.yahoo.com/afp/20070831/tod-rusia-criminalidad-7f81b96_1.html





Welcome to the jungle, we have funny games
Opinión
Por Patrick Kluivert



Ya no queda nadie sin saberlo: es más fácil robar que trabajar. Los medios de comunicación, por conveniencia o inocencia, frecuentemente no hacen relucir las verdades de las cuestiones que tratan, y este caso que nos convoca no es la excepción.

La buena gente de Yahoo, como hemos leído, argumentan que el sujeto que hurtó el puente lo hizo para ganar dinero revendiéndolo como chatarra, a pesar de que todo ser humano que se precie de tener dos dedos de frente sabe muy bien que la verdad es otra: la persona se robó el puente para joder, nada más y nada menos que eso, para joder. Es como jugar al Papá Noel, revoleando bolsas de basura por doquier, o al ring raje, accionando timbres aquí y allá en un frenesí sin par.

Habrá quienes no entiendan cuál es el placer de hacer bromas de este tipo. No hace falta pensar mucho para darse cuenta de lo gracioso que resultaría que una persona, acostumbrada a cruzar por ese puente, lo haga sin mirar y sin percibir que el puente no está más y, así, se vaya derecho al río, en el que morirá ahogado, con peces muertes y pañales usados en su boca, no sin antes, haciendo la gran Arnold en Terminator II, subir su pulgar a manera de despedida feliz de película norteamericana.

Mis sinceros hurras para estos pillines que no paran de progresar, gracias a sus mentes desarrolladas para el buen ingenio, en el arte de embromar a la ciudad, para sacarla un poco de su monotonía tan aburrida y acercarla un poco más a una jungla con más onda que una mísera y repleta de celulares jungla de cemento.