El típico hombre argentino, ¿símbolo de la histeria?
Tienen alrededor de 30 años, se cuidan en las comidas y hacen ejercicio, pero no muestran decisión con las mujeres. Infobae.com descubre cuáles son los miedos de los argentinos a la hora del sexo y el amor
La imagen de una mujer llorando entre su grupo de amigas por un amor que no fue es archiconocida. Más aún, si a la susodicha su ex "galán" dejó de llamarla luego de unas maravillosas noches de romanticismo y promesas, ahora, incumplidas.
De ahí surge la frase recurrente de "los hombre le tienen miedo al compromiso", pero los "chicos de hoy" difieren mucho de los del pasado y, sus modales, sus físicos y su forma de actuar así lo demuestran.
No comen de más, toman clases de Pilates, se visten con las mejores marcas, hasta se atreven a limpiezas de cutis, entre otros cuidados estéticos. Pero suelen no tener novias, es más, en muchos casos ni siquiera tienen "amigas" para pasar un buen momento.
La pregunta es obvia: ¿estamos ante un nuevo hombre o la histeria se apoderó de los populares "machos argentinos"?
El argentino temeroso en la cama
La médica sexóloga clínica Liliana Burgariotti (M.N. 65138) afirmó a Infobae.com que el argentino de hoy "está muy exigido en todos los aspectos".
La especialista explicó que "antes el hombre podía ser feo pero si tenía un buen pasar económico, tenía pareja y éxito asegurado. Ahora, al no tener en general una buena posición, el sexo masculino se siente presionado a ser atractivo" tanto para mujeres como para sus pares.
Por esta razón, cuando se suman las presiones del trabajo, de la sociedad, más las propias, esos miedo e inseguridades terminan con problemas sexuales.
"Hoy chicos de 30 años tienen eyaculación precoz o disfunción eréctil, no por un problema físico sino porque esos miedos los controlan", aseguró Bulgariotti y agregó que "ellos no pueden fingir en la cama".
La chica ideal, un problema
Asimismo, muchas son las mujeres que se quejan de que "ellos", luego de pasarla muy bien y tener proyectos en común, las abandonan sin motivo o nunca les proponen (y toman) compromiso de algún tipo.
La licenciada Beatriz Goldberg (M.N. 6235) en diálogo con Infobae.com afirmó que muchas veces el encuentro con "la mujer ideal" es más una pesadilla que un sueño hecho realidad, para un típico histérico argentino.
"Ellos tienen signos fálicos como el auto, el mejor celular, la notebook más moderna, entre otros, pero cuando conocen a la mujer que les "mueve el piso", llegan a esconderse por escapar de ese ideal hecho realidad", explicó la licenciada.
Ambas profesionales coincidieron en que, ante esa mujer que les produce "algo más" que una atracción física, se sienten "totalmente desnudos" y que por esa razón, muchas veces no pueden sentirse plenos en el sexo o se "escapan" de la relación por medio de una infidelidad.
“Quizá con la mujer de sus sueños no puede mantener una erección, pero con otra cualquiera son los mejores. El problema está en que se sienten muy presionados para sentirse plenos en ese momento tan íntimo”, aseguró la sexóloga Bulgariotti.
Por estas razones, cada vez son más los hombres menores de 40 años que utilizan viagra o estimulantes masculinos para poder rendir más, y en muchos casos, no logran los resultados deseados.
Guía útil para la mujer
Ante semejante panorama, las mujeres buscan distintos caminos para llegar a los "chicos histéricos".
Según algunas mujeres consultadas, muchas juegan la misma travesura, ambos "histeriquean", pero los resultados no son los mejores ya que tienden a obtener sólo una caliente tensión sexual que termina con una ducha fría en las más profunda soledad.
Otras son más inteligentes y toman a la conquista como un "juego del gato y el ratón". Estas mujeres toman las riendas de la situación pero antes de que el "macho argentino" se escape corriendo por miedo a ser conquistado, se alejan para darles un respiro y generar en el otro la misma intención de "encuentro".
Pero las relaciones humanas nunca fueron simples y todos los días hay algún avance en el largo camino de la conquista y, más aún, si se trata de los enigmáticos designios del amor.
Basta ya
Opinión
Por P*
Que las relaciones humanas nunca fueron simples no es novedad. Sin embargo, hoy presenciamos –¡y sufrimos!- una realidad jamás imaginada, rayana en una inversión total de los roles: La histeria masculina.
Conozco montones de féminas bellas, inteligentes y disponibles. ¿Acaso arden sus teléfonos? ¿Explota su agenda cada fin de semana? ¿Por qué no se aflojaron aún las patas de su cama? ¿Dónde está la fila de candidatos tocando a su puerta?
Pues nadie lo sabe, pero lo que es evidente es que los hombres están en franca retirada. Exigencias modernas, baja autoestima, sobreoferta femenina… viles excusas. ¿Resulta que los hombres de hoy están exigidos? ¿con qué? ¿deben tener un celular último modelo, abdominales de acero y la piel dorada? ¿Qué clase de exigencias de pacotilla son esas?
Y una vez más somos nosotras las que debemos ofrecer comprensión y apoyo. ¿¿¿Que al tipo no se le para porque soy la mujer ideal??? Esto es lo último. Tantos éxitos cosechados, tantas horas de gym, tantos libros leídos, tantos cursos de stripper, tanto esfuerzo en parecerme a Araceli, ¿y así me lo pagan?
Señores, caballeros, estimados portadores del cromosoma xy, debo advertirles: si la histeria continúa, la humanidad tal como la conocemos, desaparecerá.
Porque por el momento, las minas tratamos de ponerle onda, de comprender, de tomarlo con humor o, decididamente, de avanzar. Pero la recompensa es tan magra, que un día los enviaremos a sus respectivas vaginas de nacimiento y nos volcaremos en masa a la zoofilia.
Los exhorto, entonces, a abandonar la histeria. Está en sus manos (y en sus otrora viriles miembros) preservar el destino de la especie y asegurar la sonrisa en los femeninos rostros, que a esta altura, se conforman con bastante poco.
Las mujeres queremos cosas simples. ¡Simples!
Que aparezcan. Que no se hagan los pelotudos.
Y sexo, básicamente.
Basta de "te miro, pero no me acerco". Basta de "te llamo, pero no te invito".
Basta de tira-piedras-esconde-manos, basta ya de calienta pavas.
¡Basta de histeria, por favor!
* Vividora